Como cualquier otro día de mis vacaciones, nada más llegar de la playa, me fui directa al baño a darme una ducha para quitarme la sal o restos de arena que tuviera en mi cuerpo.
Salí de mi ducha solamente con una toalla puesta, tomé una fría lata de Nestea de la nevera. Me fui a la terracita de mi balcón a tomármelo tranquilamente mientras disfrutaba de una bonita puesta de sol y se secaba mi cabello.