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sábado, 3 de diciembre de 2016

CHUPAR UNA POLLA CON PRESERVATIVO, NO MOLA.

No me considero aún una experta felatriz, y para gusto colores. Pero para mí chupar una polla con preservativo no mola nada, pero nada de nada.
Prefiero disfrutar de una buena polla al natural, sin envolturas plásticas.

La mayoría de veces tengo que hacer de tripas corazón, porque por mucho que me guste chuparla “a pelo” tengo que tener precaución en mis relaciones, y evitarme futuros problemas de enfermedades de transmisión sexual (E.T.S). Aunque otras veces la excitación me nubla el razonamiento, cometo imprudencias (por suerte nunca he tenido problemas de nada), y la felación la hago sin preservativo. Y no hay color, madre mía. 

Lo primero es el sabor, con preservativo el sabor al látex o las químicas que tenga me disgusta, no me agrada el sabor (a no ser que sea de sabores, pero no siempre se tienen de esa clase), al poco se pasa pero me corta algo el rollo. Unido a que hay que tener cuidado de no dañarlo con los dientes, antes de que te penetren. 

Metida en faena, me encanta sacarme la polla de la rajita cuando cambio de postura y darle algunas chupadas antes de volver a metérmela, pero con el preservativo pues no es lo mismo.Y qué decir de no poder apreciar el sabor natural de una polla (siempre y cuando esté bien aseada, porque si no...), ese cierto sabor salado me gusta o el sabor de las gotitas preseminales en mi lengua, mientras recorro el glande.