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sábado, 31 de diciembre de 2011

QUE CORRA EL CHAMPÁN.


Hoy es el último día del año, y con melancolía empiezo a recordar todo lo que me ha sucedido en este 2011, algunas buenas y malas que no quiero recordar, pero que no salen de mi cabeza.

Espero que como dicen: “Año nuevo, vida nueva”, ya veré que tal. Bueno no quiero ponerme melancólica,  y os voy a contar una locura, de las que hago y que algún día igual me arrepiento, que cometí durante el verano pasado haciendo una excursión de mochilera con un@s amig@s por algunos países de Europa, gracias a los superdescuentos del tren que te hacen por ser estudiante . 


Bueno pues el octavo día de ruta, hicimos noche en una pensión en Budapest (recomendable ciudad, buen ambiente y bonita ciudad o ciudades, porque se divide en Buda y Pest), pues cuando me estaba duchando en los baños compartidos de la pensión, entró un hombre  desnudo con una toalla a la cintura, yo alucinada ante esa sorpresa no esperada, intenté taparme con mis manos, y le dije que era las duchas de las mujeres que saliera de ahí, el dijo algo que no entendí, se quitó la toalla, se acerco hacia donde yo estaba y comenzó a ducharse en la ducha de al lado. Yo estaba ruborizada, sin saber que hacer comencé a enjuagarme rápidamente para salir de allí. Sin poder evitarlo lo vigilaba por si acaso hacia otra cosa fuera de lo normal, no hablábamos nada. Con cierta curiosidad mientras acababa de enjuagarme el cabello, le miré su pene, la cual era de buen tamaño y gruesa, él se dio cuenta, me miró, empezó a reírse y siguió a lo suyo. Disponía a salir pitando de allí, avisar a mi grupo y denunciar al recepcionista de lo ocurrido, cuando de repente, el tipo se animo y dirigió a mí diciendo algo que no entendí mientras se señalaba su polla. Con el calor que hacía y lo flipada que estaba ante esa situación. Sin saber porqué me puse en cuclillas y le agarré la polla. Buff que subidón me dio, cuantas ganas de agarrar una polla tenía, dura, morena, gruesa. La chupé con lujuria un buen rato mientras me masturbaba yo misma, pero quería sentirla dentro de mí. Entonces me apoyé en el lavamanos de espaldas, le puse un preservativo que llevaba en mi neceser, y él me empezó a restregar su polla en mi rajita, cuando de repente empezó a introducírmela poco a poco hasta que me la metió bien hondo, a la vez que yo gemía de placer. Creo que me dio como 2 o 3 orgasmos, cuando él también se corrió. 
A nadie del grupo, ni amistades saben esto que me ocurrió en Julio, lo cuento por primera vez para este blog.

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