DECÁLOGO DE UNA FELACIÓN

Tengo que reconocer que hacer una felación o chupar una polla es una adicción para mí. Me es muy difícil resistirme a la tentación y no pienso en las consecuencias,  de ahí que en ciertos momentos de mi vida lo he realizado en lugares peliagudos. Por curioso que parezca a día de hoy, nadie que ha estado conmigo me ha negado una felación. 

No me considero una experta en la felación, aunque según mis amantes soy muy buena, no creo que esté al nivel de Cleopatra (me enteré el otro día por la televisión que era una felatriz y era experta e incansable chupando pollas, ¿igual soy la reencarnación de ella?). Y es que soy demasiada golosa para dejar de saborear una jugosa polla.

Cuando me apetece hacerle una felación a alguien de vosotros, lo normal es que me ponga entre vuestras piernas mientras estáis tumbados, os pongáis de pie y yo de rodillas (por cierto me entere el otro día leí que esta posición se llama el 12), o haciendo un 69 si estamos más adelantados en la relación sexual (pero que matemático llega ser el sexo a veces), o yo sentada y vosotros de pie, o si estamos en un coche pues inclinada hacia donde esté la polla. Como veis la variedad de posiciones es alta, dependiendo de las ganas y del lugar. Para hacer una felación mis favoritas son las dos primeras, os producirá curiosidad el por qué no he elegido el 69, pero es que esta postura para disfrutar está muy bien, pero particularmente tengo menor maniobra, así que como lo que quiero es centrarme en disfrutar de una buena polla pues la descarto, aunque recomiendo utilizarla para después. Utilizo una posición u otra según las circunstancias del lugar, porque no es lo mismo hacerlo en un baño, en un coche, en mi dormitorio…

Antes de arrodillarme o ponerme sobre la cama, me gusta ver como se os nota la polla en los pantalones o en la ropa interior, es alucinante imaginarme que es lo que me voy a encontrar ahí escondido, y que en breve va estar en mi boca. Como me cuesta resistirme, mientras os doy besos en el cuello y en la boca, acaricio y tiento ese bulto marcado que tenéis entre las piernas, para hacerme más a la idea. A la mayoría el simple hecho de besarles les produce una fuerte erección ¿realmente besaré tan bien?

Después desabrocharé los oportunos botones o cremallera, dedicándome a buscar y sacar la polla que ansío. Por lo normal a esas alturas están duras o “morcillonas”, pero alguna vez están flácidas, supongo que son los nerviosos al tenerme delante.

Flácida pero expectante y falsamente aletargada. La primera vez que me la meto en la boca es sorprendente. Estando ahí, mecida por mis labios y lengua, noto ante el calor de mi boca como me la va llenando poco a poco, invadiendo mi boca con su excitación, como va creciendo, engordando, endureciéndome ante mí, dentro de mí. Ese es el mejor momento de todos.

Cuando están así me encanta endurecerlas convertirme en la dueña de la situación, aunque normalmente soy la que manda.

Yo que recuerde nunca he utilizado preservativo para mis felaciones, reconozco que soy muy inconsciente pero llegados a ese punto nunca me acuerdo de él, estoy tan deseosa de tenerla en mi boca que no se me pasa por la cabeza el ponerle un preservativo, por suerte, nunca he tenido ninguna enfermedad.

Si por el contrario ya se encuentra dura y erecta, pues ya comienzo con el banquete, lo primero que hago una vez que la he sacado de su escondite, es agarrarla del tronco (supongo que se llamara así) y cuando estoy cara a cara con vuestra polla, no me apresuro, guardo una imagen de ella, comienzo a darle besitos desde abajo hasta la punta, deslizando mis húmedos labios por toda la superficie.

Con la mano rodeada en la base del tronco, la deslizo arriba y abajo, repito este movimiento y giro mi mano mientras voy hacia arriba, tocando vuestra polla de manera sutil en varias  direcciones. Así consigo excitaros un poco más y ponerme yo cada vez más húmeda, de la misma forma que la polla va humedeciéndose. A veces, si me doy cuenta que me estáis observándome suelo mantener la mirada y pongo cara de zorrita (aunque no tengo que hacer demasiado esfuerzo).

Mientras tengo bien agarrada vuestra polla, voy pasando ya mi lengua por todo lo largo de ella, como su fuera un helado. Doy un largo y lento lametazo con la lengua desde la base a la parte superior. Lamo hasta la parte superior del tronco, continuando por un lado y después por el otro. Recorro húmedamente con la punta de mi lengua desde vuestro escroto hasta la cabeza, centrándome algo más en el frenillo justo al borde de la cabeza, hasta llegar al agujerito donde me detengo para lamerlo y besar con mis labios todo el borde de la cabeza de vuestra polla. Habitualmente tengo muchas ganas de metérmela ya en mi boca, pero me resisto para fastidiaros un poco, así tendréis más ganas aún de sentir el calor de mi boca. Dejaré que mi lengua además explore vuestros testículos. Todo este juego con mi lengua no solo os pondrá calientes, sino que hace que vuestra polla esté más gruesa y lubricada.

A continuación, sin parar de besar la cabeza de vuestra polla, voy metiéndomela en la boca, moviendo relajadamente mi lengua y cierro los labios sobre ella, así estoy un ratito chupando hasta que sin que os lo esperéis, voy abriendo más mi boquita introduciéndome la polla hasta donde pueda. Eso hace que se os ponga el miembro un poco más duro si cabe, y yo al sentirlo me humedezco más y más. Seguramente si no tengo las dos manos ocupadas estaría ya tocándome la rajita.

Una vez que calculo las dimensiones de vuestra polla dentro de mi boca, exploto diferentes tipos de estimulaciones. Mantengo mis labios presionados a la parte superior con mi mano creando un único movimiento. Deslizo mi boca arriba y abajo, experimentando con diferentes cantidades de presión en mi mano y diferentes niveles de succión con mi boca. Mientras trabajo con vuestra polla no olvido los testículos, los cojo con mi boca y las lamo suavemente con mi lengua, otras veces las acaricio, los chupo o los agarro.

De manera continuada subo y bajo, alternando la velocidad, usando pasadas largas y lentas, cortas y rápidas. Incluso aparto mi mano y trabajo solo con mi boca, por la longitud de vuestra ya húmeda polla. Con la mano con que la sujeto hago movimientos ascendentes y descendentes, deteniéndose otra vez en las zonas citadas anteriormente. Vuelvo a introducirme la polla una y otra vez,  chupándola vigorosamente.

De vez en cuando sacaré vuestra polla de mi boca, la restregaré contra mi barbilla, mi boca cerrada, mis labios o mi pecho, así os voy tentando más y de camino descansa mi boca.

En ocasiones cuando estoy jugando con la cabeza de la polla en mi boca, besándola, pasando mi lengua por su extensión, saboreando las gotitas de líquido pre-seminal que se os escapa con la excitación. Agarro el resto de la polla con una mano moviéndola sin parar mientras que con la otra acaricio los testículos y sus aledaños, e introduzco parte de la polla en mi boca y comienzo a chuparla sin sacarla. Esto a muchos de vosotros os vuelve locos, no os podéis dominar, llegando a correros rápidamente sin remedio.

Otras veces, dejo de chuparos y comienzo a daros húmedos besitos por todo la polla, esta vez de arriba hasta abajo, estirando la polla hacia arriba con la mano con la que la tengo agarrada, besando y lamiendo con mi lengua los testículos, todo eso sin parar de masturbar con mi mano ehh. Tengo una pequeña anécdota de una vez que haciendo esto, me dio mientras besaba uno de los testículos de mi amante el de metérmelo en la boca succionándolo más de la cuenta creo, el tío dio un grito diciendo ¡¡para, para¡¡ yo me quede quieta sin saber qué hacer, y la verdad que se nos corto el rollo, desde ese día no he vuelto a succionar testículo alguno. Así que quien lo haga que tenga cuidadito.

Lo que sí suelo hacer es llevaros a límites que ni sospecháis, cuando siento vuestra respiración cada vez más rápida me indican que el orgasmo está a punto, aplaco vuestro ímpetu y a continuación vuelvo a poneros otra vez contra las cuerdas, una y otra vez, con cada una de ellas las ganas de vuestro orgasmo es mayor, tenéis más deseos de llenarme con vuestra corrida, sentís la enorme necesidad de “correros” ya.

Os mantengo disfrutando así hasta que me apetece o cuando ya veo qué vais a explotar sin remedio. Reconozco que es de ser hija de p…, pero luego lo agradecéis cuando os dejo que os corráis de manera atroz. En ese instante, siento en mis manos o en mi boca vuestros espasmos mientras sale furiosamente vuestro esperma caliente de vuestra polla, y luego decís que las mujeres somos las ruidosas, jajajaja.

En otra entrada ya os contaré con detalles los lugares de mi anatomía donde han llegando a correrse cuándo he tenido relaciones sexuales, os aseguro que os pondrá muy calientes y tendréis pensamientos bastante obscenos.

Así saboreando una polla podría pasarme mucho tiempo, pero no eternamente. He llegado a finalizar una felación debido a varias aspectos: una porque me comience a doler la mandíbula, otra porque mi amada polla no aguante más y me ofrezca toda su leche caliente, o porque yo no aguante más yo y necesite en una rica sesión de sexo con esa lubricada polla.

Lo que más me gusta de las mamadas es el control, el poder, la polla de uno de vosotros en mi mano, en mi boca entre los dientes, y con vuestros testículos en mi otra mano.

Muchos besitos y en especial a Miriam, espero que esta entrada te pueda ayudar en algo.

P.D: Que trabajo me ha costado acabar esta entrada, según iba escribiendo me estaba poniendo cachonda, y he acabado con las braguitas húmedas, me parece que voy a tener que relajarme un poquito ;-)