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sábado, 30 de noviembre de 2013

DELEITÁNDOME CON EL SEXO DE MIS VECINOS.

Como cualquier otro día de mis vacaciones, nada más llegar de la playa, me fui directa al baño a darme una ducha para quitarme la sal o restos de arena que tuviera en mi cuerpo.
Salí de mi ducha solamente con una toalla puesta, tomé una fría lata de Nestea de la nevera. Me fui a la terracita de mi balcón a tomármelo tranquilamente mientras disfrutaba de una bonita puesta de sol y se secaba mi cabello.

Mientras estaba apurando mi Nestea me di cuenta que en la terraza de un ático cercano había una pareja, no me habría fijado en ella a no ser porque estaban muy acaramelados mientras compartían unas bebidas.
La mujer rondaba los treinta años seguramente; era alta, pelirroja, pelo largo y rizado. Me encantaba como se agitaba su pelo rojizo en la brisa de la tarde. Llevaba puesto una minifalda negra y camiseta de tirantes escotada que hacía resaltar sus prominentes pechos. Lo primero que se me vino a la mente fue pensar que su pecho seguramente era operado.
El hombre era mayor que ella, tenía el pelo canoso, rondaría los 45 años. Corpulento y con buen porte. Su ropa compuesta por una llamativa camisa y pantalón claro, se me antojaba demasiado juvenil para él.
Conversaban, se besaban, volvían a conversar así continuamente mientras liquidaban sus bebidas. Hasta que llego un beso apasionado y ya no continuó la conversación, solo dejaron de besarse para dejar las copas a un lado para estar más cómodos y a gusto, pudiendo disfrutar el uno de otro.
Aquello prometía, ya que cuando ella quiso entrar dentro del ático él le dijo que no, mientras lentamente él se echaba encima de ella y comenzó a besarla con frenesí. Mis ojos ya no podía apartar la vista de lo que ocurría allí.

Se puso tras ella besándole el cuello mientras sus inquietas manos no tardaron en trasladarse a los exiguos pechos de la pelirroja y firmemente se dedicó a masajearlos buscando que sus pezones se marcarán de sobremanera sobre su camiseta. Su boca recorría el cuello de ella no dudó en bajar el escote de la camiseta para mostrar un voluptuoso pecho coronado por un pezón duro y rosado que empezó a lamer con voracidad (entonces me di cuenta de que no usaba sujetador, y con esa talla de pecho los tenía ciertamente firmes). Desde mi distancia se intuía que la cara de la mujer era la viva expresión del placer. Su amante enseguida se dispuso a lamer ambos pechos por igual, apretando sin compasión los pezones de ella entre sus manos y provocando su disfrute sin medida.

Mi corazón palpitaba a mil por hora pensando en lo que mis ojos pronto comenzarían a observar.
Cuando la mano de aquel desconocido hombre se introdujo bajo la falda de ella, me fue incapaz de aguantar y no dudé en tumbarme en la hamaca que tenía a mi lado, y meter mi mano entre mis piernas y comenzar a acariciar mi coñito.

Mientras tanto él, seguía moviendo su mano en la entrepierna de ella, tal y como yo me estaba haciendo, y seguramente empezaba a gemir como señal del placer manual que recibía. Sin dejar de lamer sus pechos levantó con su mano la falda hasta la cintura y pude ver mejor como su mano se perdía por dentro de su pequeño tanga negro frotando su palma de un lado a otro contra el coñito de ella.
Era una espectadora de lujo ante lo que sucedía en ese ático, yo por mi parte, me encontraba jugueteando con mi ya mojado coño mientras disfrutaba del espectáculo. Estaba tan absorta en lo ocurría con esa pareja, que ni me di cuenta que mi toalla se había abierto y me encontraba totalmente desnuda en la hamaca masturbándome.
El hombre paró en sus movimientos y cogiendo a la pelirroja de la mano la llevó hasta un balancín que había allí, dejando que ella se recostará sobre él, le quitó sin esfuerzo el tanga y poniendo la falda a la altura de su pecho comenzó lamer despacio la entrepierna de ella. Mientras que con dos dedos separaba sus labios vaginales para dejar al descubierto su clítoris, su lengua lo lamía sin descanso haciendo que ella se mordiera los dedos y los labios para no gritar de placer. Luego poco a poco introdujo un dedo en su coñito y lo fue moviendo al ritmo que imponía su lengua.
Mi mano se movía arriba y abajo por todo mi coño, mi clítoris cada vez más gordito por la excitación conseguida por la escena de sexo que observaba y por el continuo movimiento de mis dedos. Mi orificio vaginal lo tenía tan lubricado que comencé a introducirme uno y luego otro de mis dedos, continuando mi gozo plenamente del momento masturbatorio con el que me estaba entreteniendo.
La luz de la tarde iba decayendo pero aún así pude discernir como el hombre acariciaba el clítoris de ella con la yema de los dedos y saboreando con su lengua, la mujer no pudo resistir mucho más tiempo antes de correrse según los movimientos espásmicos que pude ver en ella,  mientras su amante movía frenéticamente su dedo en el interior de su vagina. Se besaron con fuerza y seguro que le transmitió al hombre que había llegado al orgasmo, porque a continuación la alta pelirroja se puso de pie, se desvistió por completo ayudando luego a su pareja a hacer lo mismo.
Él se mantenía de pie junto a ella, que se encontraba sentada al borde del balancín recogiéndose su rojizo cabello en una descuidada coleta rizada, comenzó a tocar su paquete buscando que se pusiera más duro supongo yo. Ella no dudó en ayudarle cogiéndolo con sus manos e introduciéndoselo en la boca hasta el fondo. Chupando como una loca su cabeza se movía rápidamente consiguiendo que el miembro ya erecto que succionaba se fuera endureciendo más y más, entonces lo sacó de su boca y comenzó a lamerlo arriba y abajo. Mientras con una mano lo sacudía haciéndole una buena paja con la otra. Ella no dudo en ponerse a jugar con su clítoris frotándoselo con fuerza arriba y abajo. De vez en cuando chupaba su mano para humedecerla más y volver a tocar su caliente coño. La cara de su amante era todo un poema, disfrutando del placer de una buena mamada.
Desde mi balcón, fuera de su vista, o eso sigo pensando yo a día de hoy, solo podía sentir envidia por aquella mujer, por poder gozar de ese miembro en su boca y seguramente en su coño instantes después mientras yo me tenía que contentar con masturbarme sola.
Cuando estuvo preparada se tumbó haciendo que él la penetrara hasta el fondo de una sola vez. Las uñas de ellas recorría su espalda y sus labios se encontraban para ahogar los pequeños gritos que ella comenzaría a expulsar de su garganta, cada vez que las embestidas de él incrustaban más y más su polla en su coño. Minutos después, mientras besaba el cuello de su amante, cambiaron de postura.
Dándole la espalda se sentó sobre él y comenzó a cabalgar sobre su polla mientras se acariciaba sus pechos. 

El morbo de pensar que estaba viendo a esos dos vecinos desnudos y follando de esa manera sin que ellos supieran que los observaba me excitó más aun si cabe. Los fluidos que empapaban mi mano me estaba dando buena cuenta de que mi coño necesitaba un duro miembro como el de ese hombre dentro de mí en ese momento. Mis jadeos se hicieron más notorios y mis gemidos más alargados señal de que estaba a punto de correrme. Y así fue.
Indiferentes a mi orgasmo, ella continuaba disfrutando sobre él mientras su cuerpo se arqueaba gozando perdidamente. Apoyando sus manos en las rodillas de él comenzó a botar de manera más brusca y seguida acompañando cada movimiento con una exhalación de placer que los llevo casi al orgasmo.
Esta vez su amante, la que sujetándola para que su polla no se saliera de su coño, decidió la postura para continuar. Hizo que ella se pusiera frente a donde estaba mi balcón, ¡menuda casualidad!, a cuatro patas y empezó a empujar apoyando sus manos en sus caderas. Cada embestida hacía que ella abriera la boca queriendo gritar de placer. Previendo que se acercaba el fin, aceleró el ritmo de las embestidas que le estaba regalando. Hasta que con una fuerte embestida aquel hombre seguramente inundo con su esperma la vagina de esa mujer pelirroja. Después pude ver como los amantes se besaban apasionadamente regalándose caricias y abrazos.
Cuando todo finalizó, entraron dentro del ático dejando su ropa esparcida por el suelo. Yo por mi parte recogí mi toalla de baño, tome la lata vacía de Nestea y me fui a darme otra ducha…

6 comentarios:

  1. Absolutamente genial :)

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    1. Absolutamente para que disfruteis tanto como yo lo disfruté.

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  2. Ursu me encantaria que hubiesemos sido nosotros. Ya te dije que hace un par de semanas estuve por oviedo y me habria gustado conocerte y pasar un ratito contigo( todavia estoy esperando que me respondas el mail jejeje) te lo perdonare por lo cachondo que me pones contus relatos. Ojala te pueda conocer algun dia. Besos desde cantabria

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  3. Como me gustaría tenerte de vecina... Ursu
    -niki-

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  4. Segundo relato que leo y segunda paja que cae. No se que tienen tus relatos pero me ponen muchísimo... Me acabo de correr y ya de imaginarte, se me pone dura y me la empiezo a menear a tu salud... Me podrías dedicar algún relato de los que escribes,no?
    Y ya por darte sugerencias... Si hicieras un relato (hablado) diciendo como nos tenemos que masturbar y dando indicaciones de como hacerlo creo que mi polla reventaría de placer...
    Besos húmedos

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    1. Hola Samuel, encantada de que disfrutes de esa manera las cositas que cuento. Realmente no sé que es lo que tendrán, tal vez el saber que son experiencias reales vividas por mi, os puedan dar más morbo y excitación. Podría ponerte alguna dedicatoria en otra entrada.
      Sí aprendo como se hace eso del relato hablado, podría hacerlo, lo que veo más complicado es el como teneis que masturbaros, eso sereis vosotros lo que mejor sabreis como hacerlo. Yo lo puedo intentar.
      Muchos besitos húmedos también para tí.

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