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martes, 23 de febrero de 2016

DANDO LA NOTA SEXUAL

Casi acabando el curso académico, hice un fugaz viaje a Londres para desconectar un poco del lio de asuntos que tenía pendientes, y a la vez visitar unos amigos míos que viven allí. Esos días, iba a hospedarme en un hotel pero mis amigos se negaron en rotundo a que lo hiciera, decían que su casa era pequeña pero que aún así donde cabían dos también cabían tres, y que no era molestia alguna que yo me quedara con ellos.



Nada más llegar al Aeropuerto y encender el teléfono móvil, recibí un mensaje de voz de uno de ellos, diciéndome que habían tenido un contratiempo y que no sabrían cuando podrían recogerme.

Estaba visto que ese día me tocaba esperar y esperar, ya que esa misma noche tendría también que esperarles a que llegaran de un concierto al que iban asistir. Mi visita les había llegado por sorpresa y las entradas ya las tenían compradas desde hacía tiempo. Les dije que no se preocuparan que yo me adaptara a ellos, y que si tenía que estar sola esa noche, no pasaba nada. Así que mientras les esperaba en el aeropuerto trataba de pensar en cómo iba a entretenerme esa noche: quedarme viendo la televisión, ir al cine, cenar en algún restaurante, etc.

Al cabo de una hora o más, Hynek, que así se llama uno de mis amigos, me llamó nuevamente para localizarme dentro del aeropuerto. Le dije que no se molestará en entrar a buscarme que yo saldría afuera y allí nos encontraríamos. Nada más salir me lo encontré en una de las puertas esperándome. Al verle me hizo mucha ilusión y le di un fuerte abrazo. Se excusó por haberme hecho esperar, y mientras nos íbamos acercando a su vehículo, me estuvo narrando lo sucedido.
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-¿Entonces venís ahora mismo del Hospital? –le pregunté mientras a través de una de las ventanillas discernía a mi amiga Silvia saludándome con la mano.

Al abrir la puerta a saludarle… ¡Horror!, tenía la pierna escayolada. Fractura de tibia y peroné.

En el trayecto hacia su casa, viendo las circunstancias, consideré que lo mejor era que me hospedara esos días en un hotel ya que iba a ser un embrollo. Les dije que en circunstancias normales me hubiera quedado pero que debido al problema surgido no quería ser otra carga más. Apenados accedieron, ya que para ellos también era la mejor opción.

Me llevaron a un hotel que les indiqué, mientras tramitaba la reserva, no sin problemas, ellos me esperaban en su vehículo. Por suerte pude hacer una reserva, dejé mis cosas rápidamente en la habitación y me fui con ellos.

En su casa mientras tomábamos un pequeño “lunch”, estuvimos poniéndonos al día en algunas de nuestras cosas. Les conté como habían sido mis últimos meses, los planes que tenía ese verano, etc. Ellos también me contaron cómo les iba ahora que por fin vivían juntos, y que estaban pensando en quedarse embarazados. 

Brindamos para que eso sucediera pronto. Tan pronto como Silvia se recuperará de su fractura, porque al parecer necesitaría rehabilitación (y así fue).

- Oye Úrsula, ¿por qué no acompañas a mi novio al concierto que íbamos a ir esta noche? –me lo preguntó casi rogándomelo. Sé que le hace mucha ilusión asistir y no quiero que por culpa de mi “mala pata” pierda la oportunidad.

- Ni hablar, me quedó cuidándote, tu eres más importante que cualquier concierto –replicó Hynek sin vacilar y algo apesadumbrado.

Ella molesta le recriminó que no fuera tonto, que si no quería ir conmigo que llamara a alguno de sus amigos o que fuera solo. Que ella estaría bien esa noche en compañía mía. Pero no conseguía disuadirlo, así que Silvia me miró indicándome con sus ojos que le echara una mano.

Al final me fui de concierto con Hynek

En las dos horas siguientes, estuve vaciando mi maleta, charlando por skype con unos amigos, dándome una ducha y preparándome para el concierto. Al final Hynek cedió y como tenía una entrada de sobra me iba con él al concierto. Silvia se quedaría en casa y si necesitará de ayuda, avisaría a su vecina, que por lo que me contaron, tenía buena relación con ellos.

Antes de salir de la habitación del hotel,  eché una última mirada al espejo, lo que reflejaba me encantó. Lista y perfecta, para ir al concierto. Llamé a un taxi para que me recogiera en la puerta, porque no pensaba ir andando hasta Wood Green Station, que era el lugar donde había quedado con Hynek.

Dejé la tarjeta en recepción, pese lo borde que estuvo el recepcionista hacía unas horas ahora estaba muy dócil, incluso mientras llegaba mi taxi estuvo charlando conmigo. Creo que mi presencia le agradó, me despedí de él. El sonido de mis tacones era lo único que sonaba en el desierto Hall del hotel, a buen seguro el recepcionista estaría observando mi caminar, y antes de salir por la puerta del hotel me giré para comprobarlo, y así era. Le sonreí, le guiñé un ojo y salí por la puerta.

En la entrada de la estación de metro, vestido con una camiseta con los colores de la bandera de Gran Bretaña con las palabras The Prodigy, unos jeans desgastados y una cazadora negra estaba ya esperándome Hynek. Nada más bajar del taxi escuché  por su parte un silbido lascivo. Al percatarme, eché a andar hacia donde se encontraba.

Cuando me encontraba a su altura, soltó una gran carcajada, y con cara de perplejidad me preguntó: -¿Pero dónde vas así? ¿En serio vas a ir así al concierto? Porque si eso es así, te aseguro que no llevas el mejor conjunto para donde vamos.

Al ver mi cara de extrañeza, se dio cuenta que no estaba de broma.

- ¿Pero Silvia no te ha dicho que vamos a ir a ver este grupo de mi camiseta? –me volvía a preguntar. Tenías que haberte puesto al menos calzado más cómodo, pero no esos tacones. ¡Oh, dios mío!, ¿y ahora qué hacemos?

Decidimos ir rápidamente a buscar su vehículo y regresar a su casa, para que Silvia me prestara algo de su ropa.

– ¿Anda que si llegas a ir así?, jajajajaja. –se reía Silvia. Anda, recógete el pelo y busca en mi armario algo que sea de tu medida.

Buscaba algo acorde para ponerme, mientras Silvia no paraba de reírse mientras hablaba con su novio, antes de que este se bajara de nuevo a su coche a esperarme. Silvia es más baja que yo y todo lo que tenía me estaba demasiado corto. Al final, me puse una camiseta de tirantes blanca, una cazadora, una falda azul marino con una cremallera en el lateral que me quedaba tal vez demasiado corta y unas deportivas, que al menos eran de mi número de pie.

Mientras me hacía dos coletas para recogerme el pelo, ella me explicaba, quienes eran los del concierto, y no se podía contener la risa.

- Hynek, tiene que estar de los nervios, con lo que le gusta llegar siempre el primero a los conciertos. Pobrecillo. Me hubiera encantado verle la cara cuando te vio con tu vestidito bajando del taxi, jajajaja.

- Vosotros tenéis la culpa, por no contarme nada de cómo iba ese concierto, antes de que fuera al hotel a prepararme – le recriminaba yo. Y además si aún queda un bien rato para que comience el espectáculo. No me imaginaba que tu novio fuera tan “groupie”

Hynek estaba esperándome en su vehículo, tal y como me dijo Silvia estaba nervioso perdido. Al haber tardado tanto en cambiarme de ropa, según él. Decidió que iríamos en su vehículo hasta el lugar donde se celebraba el concierto. Rumbo a Muswell Hill, a un lugar conocido como Alexandra Palace. Según me contó también lo llaman “El Palacio del Pueblo” y sus alrededores son geniales, lástima que no pudiera apreciarlo demasiado bien porque llegamos algo justos de tiempo.

En el trayecto también me habló sobre el grupo que tocaba, se llaman “The Prodigy”, ¿lo conocéis? que hace música electrónica con influencias hardcore techno o algo así. A él extrañaba que no los conociera y que no me sonara ninguna canción.

- A mi es que ese tipo de música no es que me apasione demasiado. Yo soy más de ritmos latinos. Igual, alguna vez he escuchado algo de ellos y no lo sé. Ya lo comprobaré – le iba contestando a cada una de sus preguntas.

Una vez que llegamos al recinto donde se ubica Alexandra Palace era fácil reconocer quien iba al concierto, porque como buenos fans del grupo muchos llevaban camisetas de ese grupo.

En la entrada tuvimos que estar esperando un poco, debido a un problema con las entradas y a la aglomeración de gente de última hora No solo hay problemas en España de este tipo. En la cola mientras hacíamos cola me sentía bastante observada, no sé si era porque no concordaba con ese ambiente, porque enseñaba mucho o por alguna otra cosa.

A cierta distancia del escenario había un pequeño bar, decidí  invitar a mi acompañante a una cerveza. Tardé bastante en pedir, una alta mole estaba delante de mí. Mientras me hacía hueco y como no puedo estarme calladita, le pregunte:

- ¿Eres un vikingo que viene al concierto?

- No, soy sajón –me contestó fríamente y extrañado ante mi pregunta. Yo le dije que era española. Y ya puesta establecí conversación con él. Le dije que iba asistir a mi primer concierto de ese grupo, por la cara que puso parece que le sorprendió bastante que eso fuera así. Y más aún cuando me preguntó cuál era mi canción favorita, como no tenía ni idea de que decirle, le dije que todas.

El muchacho era un Thor pero con el pelo más corto, sin casco y sin martillo. Su mirada era profunda y su sonrisa casi inapreciable. Pero tenía un físico sensacional, muy alto, de espaldas anchas y fuertes brazos. Seguro que pasaría bastante tiempo en el gimnasio. No había nada destacable hasta ese momento, por lo que vi, poquísimos chicos me parecían atractivos, nada que mereciera la pena. Y mira por donde me encontré a la excepción.

Inmersa estaba charlando con él, que ni pedí las cervezas, ni me di cuenta que el concierto iba a comenzar en breve, ni que tenía a Hynek esperándome. Viendo que tardaba bastante fue en mi busca.

Poco después apagaron las luces y llegaron los artistas, y ¡vaya si estaban hechos unos artistas!, en especial uno que tenía una pinta bastante particular. Cuando de repente un centelleo de locura comenzó al son del repiquetear de la música y la gente en un estruendo comenzó a saltar, brincar, bailar.

Para mi todas las canciones eran tan iguales o tan diferentes. No me sonaban ninguna. La gente saltaba y bailaba, parecía una clase de aerobic. Hynek me dijo que el ambiente aunque no lo creyera estaba tranquilo para lo que es un concierto de esas características. Que en los festivales al aire libre es mucho mejor.

Pasaron varias canciones más, estaba bastante acalorada y menos mal que dejé la cazadora en el coche.  Conseguía ver muy poco del escenario, y por más empeño que ponía en mantenerme cerca de Hynek, sin saber cómo la gente me iba desplazando hacia la derecha y casa vez estaba más lejos de él.

Era un frenesí de luces y música electrónica, con los cantantes animando sin parar al público.

- Where are my people? – decía una y otra vez uno de los cantantes.

Entre vaivenes de la gente, empujones, y bailes, acabe relativamente cerca del escenario. A Hynek le había perdido de vista un par de canciones antes. En mi nueva posición la visión era mucho peor, porque delante tenía un tipo con una espalda como un muro que no me dejaba ver nada de nada, y mira que ahora tenía cerca el escenario. Agobiada por no saber qué ocurría en el escenario, hice girarse a esta persona para que me dejara ponerme delante, por probar no pasa nada.

Mira por donde era “Thor”, la persona que había conocido antes,  le saludé y cómo pude le propuse que me dejara ponerme delante suya para que pudiera ver, el acepto, me coloque delante de él.

El concierto continuaba, me divertía mucho el dinamismo que tenían los cantantes o animadores. No paraban de ir a un lado para otro “troleando” a la gente.

Saltábamos y saltábamos de un lado a otro, los cuerpos de los asistentes, mojados por el sudor, se rozaban. Me lo estaba pasando en grande en ese momento, no paraba de saltar, bailar o cantar algún estribillo repetitivo que me resultaba fácil seguir. De vez en cuando cruzaba miradas con “Thor”, que según iba pillándole confianza, me agarraba a sus hombros para saltar más alto cada vez., no intercambiábamos palabra alguna (básicamente porque no nos oíamos).

En una de las canciones, me cogió por la cintura para empujarme y que saltara más alto, los dos nos reíamos, aunque no sé él, pero yo lo hacía para disimular la oleada de calor que el contacto de sus manos me había producido. Estaba calentando a momentos, reconozco que su físico me estaba poniendo muy cachonda, y se notaba por la expresiones de su cara, que él también se sentía atraído. Bueno eso ya lo había notado antes de que empezara el concierto, cuando nos vimos. Cada vez me costaba más aguantar las ganas, y veía como a pesar del calor de la sala, se marcaban mis pezones duros a través de la camiseta que estaba húmeda por el sudor.

Yo intentaba respirar, pausada, pero profundo, mi pecho se movía arriba abajo, y yo notaba su respiración, similar a la mía, muy cerca de mí. Empezó la siguiente canción, la batería, la guitarra, los teclados sonaban con fuerza y los bafles a punto de estallar estremecían mi interior. Estaba entregada a la fuerza de la luz y la música que me inundaba que me hacía sentir como a punto de salir volando, pero también llena del calor que me provocaba el desconocido que tenía detrás. Cuando empezó a sonar como en una explosión la voz del cantante, él me juntó contra su cuerpo colocando sus fuertes brazos a mi alrededor, me pegaba cada vez más a él, y mi calor llegó casi a su máximo punto cuando note en mi culo, el bulto de sus pantalones y sentí su respiración más acelerada.

Mi instinto sexual estaba a punto de desbordarse, sentía ese momento como un "dejà vu" vivido hace unos años.

Sin esperármelo, comenzó a mordisquearme la oreja, y yo, como poseída, me di la vuelta, y saltando sobre su cintura, me tiré a comerle la boca. Le agarré del pelo, él me cogió del culo y nos besamos con increíble ansiedad, nos devorábamos, nuestras lenguas se enlazaban a gran velocidad, sus manos me recorrían la espalda, los brazos, y toda la superficie de mi cuerpo que estaba a su alcance.

No quería perder ni un instante. Coloqué mi boca en su oreja y le chillé que me follará. Me bajé de él, le cogí la mano y le dice un gesto con la cabeza para salir de allí. Al darse cuenta de que mis intenciones eran reales, tiró de mi y ágilmente nos deslizamos entre la gente hasta salir fuera del bullicio, conduciéndome veloz hasta los baños.

Al concierto le quedaba poco para terminar, estaba a de punto acabar la primera parte y el público coreaba el nombre del grupo una y otra vez.

En cuanto estuvimos a la puerta del baño, él me metió en el de los chicos, me cogió en brazos, de frente a él, agarrándome por el culo, hasta que entramos en uno de los cuartos de váter me puso contra la pared y cerró la puerta con el pie de un portazo. Sin importarnos las personas que había allí.

Yo clavaba mis uñas en su espalda, y le comencé a chupar y morder el cuello, estaba como loca, no podía parar. Me soltó el culo, poniéndome de pie sobre la tapa del wáter, estábamos cara a cara y nos empezamos a besar, su aliento sabía a cerveza, casi sin separar nuestras bocas, fui quitándole la camiseta mientras él me quitaba la mía. Estábamos como desesperados, me quité el sujetador con un movimiento rápido y él se lanzó como un lobo hambriento a comerme los pechos, a mordisquear mis pezones, yo gemía, agarrándole de su pelo, y poniéndole la cara contra mis tetas, para que siguiera chupando. La otra mano la deslice y fui desabrochando sus pantalones que cayeron al suelo, entonces pude agarrar ese miembro que tanto deseaba. Lo saque fuera de los bóxers que llevaba y deslice mi mano deseosa de arriba abajo, una y otra vez.

Entonces, en un arrebato le empuje contra la otra pared, me bajé del wáter y agachándome, me puse a chupar con total lujuria, engullía esa polla dura una y otra vez. Tenía un aspecto delicioso. Cuando le termine de despojar con las manos sus bóxers y pantalones me puse acariciar sus huevos, no quería parar, estaba disfrutando de tenerla en mi boca, además me excitaba más si cabe por momentos, estimulada por los gemidos de ese chico que me estaba volviendo loca y del que ni siquiera conocía el nombre.

-¡Sigue! ¡No pares!-me decía él entre suspiros.

Yo no pensaba hacerlo, hasta que me dijo: -Quiero comértelo nena, venga, quiero saborear ese coñito" me levanté, y él me subió la arrugada falda, y casi sin que me diera tiempo a darme cuenta ya tenía su cabeza entre mis piernas y mi tanga en el suelo. Levanté un pie y otro para despojarme de ella y sentirme absolutamente desnuda, y entregada a ese hombre que me estaba comiendo el coñito con absoluta pasión y que me hacía no poder parar de gemir. Su lengua se deslizaba por mi clítoris, haciéndome enloquecer, con lo excitada que estaba sentía que podía explotar en cualquier momento. A veces grandes lametazos, otras veces sólo con la punta de la lengua, y en el punto exacto, y cuando metió un dedo en mi rajita creí desvanecerme

- ¡Fóllame, joder! ¡Fóllame ya! –le mandé alzando un poco la voz.

Me saqué la falda y con las manos temblando abrí la cremallera del bolsillo, sin poder perder ni un segundo busque en él, un pequeño monedero donde siempre pongo un preservativo, aunque no con la esperanza de que me pasen cosas así. Se lo coloqué casi fuera de mi, y de inmediato él me cogió nuevamente del culo, elevando mis caderas, me puso con fuerza contra la pared, mientras me la metía hasta dentro.

Sus embestidas eran brutales, y yo profería verdaderos gritos, igual que él, yo ya no era consciente de donde estaba, me recuerdo y el hacerlo me hace gracia que de fondo de manera entre ahogada y retumbaba se escuchaba una melodía de canción y la gente gritando a coro  “Change my pitch up, smack my bitch up”

Era un aislamiento total, solo sentía esa polla entrando y saliendo fuertemente de mi coñito, que no paraba de soltar jugos, esos potentes brazos agarrándome.

- ¡Sigue, sigue!, no pares. Aaaaah! Aaaah!, te vas a correr como nunca -decía yo entre jadeos.

El ritmo ya era frenético, iba a explotar, estaba a punto de perder el sentido, tenía muchísima calor y mareada e tanto jadear, cuando entre gritos llegué a un fuerte orgasmo, y poco después él. Caí rendida sobre la tapa del wáter, él a mi lado, intentaba recuperar el aliento, respiraba hondo a gran velocidad. En realidad mis piernas no podían con mi peso, y él, a mi lado, parecía entrar igual. De pronto cogí consciencia de donde estaba, desnuda, en el baño de chicos de una sala de conciertos. Y el concierto parecía haber acabado, pues oía las voces de otros chicos al otro lado de la puerta, y ya no se oía la música de fondo. 

Entonces miré al desconocido que me acababa de follar.

-Me parece que te has quedado sin ver el final del concierto –le dije con una graciosa sonrisa en la cara.

-Joder como follas, ha sido una puta pasada- fue lo primero que soltó por la boca.

Y dándole una leve carcajada, le conteste: -Sí que ha estado de puta madre, tenemos que repetir otro día, antes de que me vaya a España, pero ahora lo mejor sería vestirnos y salir, porque Hynek estará buscándome, y hoy lleva todo el día esperándome.

-¿Hynek es tu novio?

- Noooooo, jajajaja –riéndome de gusto ante la cara que me puso y a continuación le expliqué quien era antes de vestirnos.

Me agaché para coger mi tanga y la falda, cuando en ese momento noté cómo dos dedos se introducían desde atrás en mi coñito aún húmedo, aquello me hizo soltar un grito ahogado.

- Me gustas mucho guapa, ¿qué te parece si vienes a mi casa y seguimos disfrutando? Y te follo en esta posición que tienes ahora mismo. También podía hacerlo ahora, pero estoy seguro de que vas a gritar y no es plan de que vengan los de seguridad a echarnos.- me dijo en voz baja mientras sus dedos se movían ágilmente en mi rajita y yo me volvía a calentar a increíble velocidad.

- Mmmmm, ojala no tuvieras que parar. Dame tu número de móvil y en una hora te daré el número de mi habitación de hotel –le contesté mientras me mordía el labio.

Sacó los dedos y nos terminamos de vestir con los típicos nervios de quien está reprimiendo las ganas. 

Estábamos otra vez muy calientes, así que nos dimos la mano y salimos tranquilamente del baño entre risas y el asombro de los que se encontraban allí. Sin entretenernos más, salimos de la sala junto a los últimos rezagados, yo en busca de Hynek y él en busca de una noche llena de pasión en mi cama.

7 comentarios:

  1. De todo lo que has contado, lo más inverosímil es que no conozcas a "The Prodigy". ¿Hubo segundo asalto con el vikingo? Grrr!!

    Saludos
    P.K.

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    1. ¿Por qué es inverosimil? En serio, no conocía a ese grupo de música. ¿Por qué debería conocerlo?
      No era vikingo era sajón :-)

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    2. The Prodigy, aunque pasó su tiempo, han sido super conocidos, solían poner continuamente el video musical de "Smack my bitch up" por la tele (y algún grupo feminista puso el grito en el cielo por la letra). No soy fan suyo, pero el estilo se acerca a parte de la música que me gusta. BTW Si eres tu la de las fotos de portada... estás absolutamente espectacular... La foto de esta entrada ya no tanto. ¿Que pasó con el "sajón"? ¿Se parecía a este?: https://www.youtube.com/watch?v=UjCdB5p2v0Y XD

      Saludos! P.K.

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    3. Gracias por la información. ¿Qué significa BTW musicalmente hablando? Sí soy yo. La fotografía de la entrada es un recorte de la original, en la que salgo con Silvia, esa fotografía la hizo Hynek. La otra es más profesional.
      Jajajaja nooooo, no se parecía a ese. Ese del video si que es un verdadero viking, pero que ritmo. Es el macho alfa e la fiesta xD

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  2. Jejeje, BTW no significa nada musicalmente hablando, significa "by the way" (en español "por cierto"). Creo que he sido un poco snob con eso. El estilo de música creo que es el "big beat".
    El "technoviking" es todo un icono en internet, hasta he visto figuritas de él. ¡Definitivamente el alma de la fiesta!
    Pues joder con las fotos, en las que habías puesto antes ya se intuía que estás como muy bien, pero en la que has puesto de cabeza de blog se nota que estás como un auténtico tren. Como para hacer de bandeja de "nyotaimori". Ese cuerpo tienes que lucirlo (ya lo haces), te voy a poner como deberes que en verano vayas a playas nudistas.

    Saludos!
    P.K.

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    1. Mmmmmmm menudas ideas me has dado. ;-)

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    2. ¡Por supuesto! y tengo muchas más. Espero nuevas historias (y fotos) tuyas pronto.

      Saludos!

      P.K.

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