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sábado, 20 de abril de 2013

UNA NOCHEVIEJA DE TRAVESURAS ( I )



Muchos de vosotros me ha preguntado el por qué no he puesto ninguna entrada nueva durante todos estos días, en realidad ha sido por varios cosas; por un lado porque no he tenido tiempo y por otro lado porque en el último mes no me ha casado nada especialmente reseñable que os pudiera contar, de ahí el por qué no he escrito nada. De todas maneras habéis estado sabiendo de mí por el correo, el MSN  y el twitter. A muchos de vosotros os he visto con ganas de que os cuente algo, al final me habéis convencido de que ponga un entrada sobre cómo fue mi Nochevieja de este año en Madrid.

Siempre digo, que las mejores experiencias son aquellas que son inesperadas, las que no nos esperamos, siendo más excitantes que lo que tenemos en mente. Espero que no os aburráis.

No llevaba ni medio día en Madrid y llegó la hora de empezar a vestirme para la fiesta, me puse un vestido rosa, me encanta este color, escotado por delante y en la espalda, decidí no llevar sujetador y me puse un fino tanga también rosa, para que no se marcara nada sobre el vestido. Además de unas sandalias plateadas con poco tacón, la noche supuestamente sería larga y no quería estar aguantando un dolor de pies durante la primera noche del año. Una vez terminé de maquillarme y darme los últimos retoques, llamé a un taxi para que me llevara al complejo hostelero donde teníamos la fiesta. En cuestión de un par de minutos pasó a buscarme. Nada más montarme me quité el abrigo y le dije al taxista donde teníamos que ir, este al verme me dijo:

- Niña, que guapa vas. Así seguro que das la campanada esta noche.

Durante el trayecto en más de una ocasión le vi observándome de reojo a través del espejo retrovisor.

Llegué al destino algo temprano, pero mi padre y a su novia ya estaba allí, les bese y estuve unos minutos conversando con ellos, bueno principalmente con mi padre, porque a su novia casi ni le dirigí la palabra, y es que no me cae nada bien, solamente un “gracias” cuando al quitarme el abrigo me dijo que estaba muy guapa para la cena. Por el contrario al verme mi padre, vi como ponía mala cara con mi elección...

- ¿No vas enseñando demasiado para una cena así? – me dijo en tono seco.

- Jo, papi un día es un día, tendré que lucirme algo, tampoco voy enseñando tanto. Has visto que morenita me he puesto estos días – le dije mientras le guillaba un ojo y me alejaba de ellos para no tener que oír más reprimendas.

Mi padre es un hombre realmente serio. En más de una ocasión me he preguntado si realmente seré hija suya, porque yo de seriedad no tengo nada de nada. Además si supiera tal y como es su hija seguro que ya estaba desheredaba.

Puntualmente comenzaron a llegar los invitados, que se fueron ubicando en sus mesas correspondientes. 

Para mí este tipo veladas son aburridísimas, porque la mayoría de los asistentes son mayores y en muy contadas ocasiones asiste gente de mi edad, así que en más de una ocasión me he ido de allí. Pero este año parecía que la cosa iba a ir mejor, porque según me había comentado antes mi padre, habría más gente de mi edad, que en otras ocasiones.

En una mesa grande y redonda  estábamos colocados casi todos los jóvenes, éramos unos quince, de 20 a 30 años la mayoría. Había gente que conocía de vista, así que los saludé mientras iba a mi lugar de la mesa, y fue cuando entrando en el recinto vi a mi amigo Enrique. Él al verme se quedó sorprendido, se acercó a mí y me saludó dándome dos besos.

- Pero Úrsula que guapa estás, menuda sorpresa, se puede saber qué haces por aquí. – me dijo con una amplia sonrisa.

- Ya ves, para hacerte la velada más amena – le dije.

Antes de sentarnos en la mesa, Enrique me presentó a su acompañante, que no era otro que su primo Julio Alberto. A mi lado izquierdo de la mesa se sentó una chica llamada Aurora, y en el lado derecho se sentó, como no, mi amigo Enrique,  con quien estuve hablando sin parar- Casi siempre estamos hablando por el teléfono móvil pero aún así cuando nos vemos siempre tenemos cosas que contarnos. Lo conozco desde hace mucho, es un buen amigo, y me liado con él en más de una ocasión. Tengo que reconocer que sabe como tenerme contenta. Nuestras familias se conocen desde hace mucho, nos han querido emparejar, pero creo que ni él ni yo estamos dispuestos a eso.

La cena transcurría entre exquisiteces gastronómicas, recuerdo que no comí demasiado. Soy un “culito inquieto”, no puedo estarme quieta demasiado tiempo.  Así que iba de allí para allá, bailando con unos o con otros, hablando con Enrique, además de con Aurora y Julio Alberto, que por cierto eran bastante simpáticos sobren todo Aurora.

Más de una vez me di cuenta que a muchos de los asistentes se le iba una mirada y otra hacia mis piernas o mi escote, sobre todo cuando se ponían a hablar conmigo. La verdad que me encantaba que sus miradas fueran hacia mí. Bailando alguna canción a más de uno le puse más contento de lo normal. Uno de ellos fue Julio Alberto, el primo de Enrique, que bailando con él, le dije:

- Me miras mucho el escote, como sigas así, me lo vas a gastar.

Aquella respuesta no se lo esperaba, y aunque no me dijo nada, se notaba su vergüenza por las coloradas tonalidades que iba  adoptando su cara, y no era por el vino que tomábamos. Desde aquellas palabras el trato conmigo se enfrió. Hasta me costaba trabajo sacarlo a bailar otra vez. Menuda lástima porque Julio Alberto es sumamente atractivo, alto, y tanto de cara como de físico me gustaron desde el principio. Según iba pasando la noche me sentía cada vez más atraída por él, pero no se daba por aludido, además de que se veía algo tímido, nada que ver si lo comparamos con su primo Enrique. A mí no me importaba nada que me mirará el escote, mis piernas o lo que quisiera. Y estaba a expensas de que se atreviera a dar el primer paso, me estaba visto que tendría que ser yo quien tuviera que tirarle los tejos.   Algo totalmente distinto me ocurrió al acercarme a saludar a un amigo de mi padre, el “típico viejo verde” no dejó de quitarme ojo del escote y que decir cuando me sacó a bailar, que en vez de agarrarme a la cintura, se le iba la mano a mi trasero, yo delicadamente se la quitaba pero él “erre que erre” no le faltaba descaro. Qué pena que Julio Alberto no tuviera ese descaro.

Con quien sí soy uña y carne en la pista de baile es con mi amigo Enrique, aunque esa noche no bailamos tanto como otras veces. Ya que casi siempre estaba bailando con Aurora, que por cierto bailaba de maravilla también. Desde que comenzó la cena me di cuenta que Enrique quería tema con ella, en un cambio de parejas, mientras bailaba con él le pregunté sobre el tema en cuestión y me lo afirmó. Estuvimos bailando y hablando durante varias canciones. Yo le conté lo sucedido con su primo, me dijo que era muy directa y que tenía que tomarme las cosas con más calma, y nos pusimos a reír. ¡Cómo iba a tomarme las cosas con calma si llevaba un montón de tiempo sin estar sin ningún chico¡ Ya entrados en tema entre aún risas le conté que les había puesta la polla dura a algunos que habían bailado conmigo porque al rozarme con ellos en ciertas ocasiones, se lo había notado. Entonces Enrique se empezó a reír y me dijo:

- Tía, estas siempre pensando en lo mismo. Aunque a mí no me extraña nada porque con tanto restregón a mí me tienes tal y como dices que has puesto a esos.

- No seas tonto, hombre. Como vas a estar… – le dije.

- Sí tonto, no sabes los esfuerzos que estoy haciendo para que esto no vaya a más – me dijo mientras que con su mirada me marcaba el lugar en cuestión.

Me aparte un poco de él disimuladamente, apreciando el bulto que marcaba sus pantalones del traje. De repente me dio mucha risa y me abrace a él, y en el oído le dije:

- ¿Qué es eso que tienes ahí escondido?, jajajaja. Es el regalo que le vas a dar a Aurora esta noche, jajajaja.

Como soy bastante traviesa, y Enrique me lo permite, se me pasó por la cabeza calentarle un poco más. Así que fui arrimándome más él, moviendo con más ímpetu mi cuerpo, a la vez que le decía cosas bastante picantes en el oído. Al dar un giro en un paso de baile, me aparté de él, para ir al aseo. A él ese movimiento le vino por sorpresa, y se quedo allí en pista marcando todo el “piquetón”.

- ¡Ehh, pero a dónde vas¡, no te vayas. – le escuchaba decir un poco sorprendido.

Me dirigí hacia la mesa redonda donde se encontraba Aurora charlando con otra chica mientras degustaban el postre de tarta de fresas y nata.

- Perdona Aurora que te interrumpa, pero me ha dicho Enrique que le mires. Está allí. - le dije a Aurora mientras le señalaba donde estaba Enrique.

Las tres miramos hacia donde estaba Enrique, él al darse cuenta en un rápido movimiento se metió las manos en los bolsillos y se quedó parado. Qué situación más ridícula, el verlo allí en medio del lugar donde se bailaba, rodeado de mesas de los asistentes, él solo, quieto, con las manos en los bolsillos y una sonrisa forzada. Tanto Aurora como la otra chica no llegaron a comprender nada de lo que pasaba, pero yo no podía contener la risa.

En eso que dejé a las chicas con su conversación y su postre, al pasar por mi lugar, observé que tenía puesto mi postre, no me apetecía comérmelo pero no me pude resistir a rebañar parte de la nata con mi dedo. Fui chupándomelo camino de los aseos, cuando me crucé con Enrique que venía de la zona de baile.

- eeeh, ¿qué te pasa que estas muy serio? ¿Tan afectado estas por tu haber acabado la canción que estábamos bailando? No te preocupes que ya mismo vuelvo y sigo bailando contigo. Y anda sácate las manos de los bolsillos que pareces un cateto, jajaja. Aahh que si tienes tantas ganas de estar conmigo, pues ven y acompáñame – le dije mientras  relamía aún los restos de nata de mi dedo.

- Mejor me voy a sentar a ver si se me pasa la vergüenza y lo que tú sabes. – me dijo muy serio.

- Pues como usted deseé señorito, tú te lo pierdes – le dije guillándole un ojo. Parece que mi guillo le hizo cambiar de parecer, porque al final se decidió y me acompaño al aseo.

- ¿Y no te da vergüenza entrar en el baño de señoras? – le dije con guasa, a lo que él me contestó: 

- Bastante vergüenza he pasado ya antes mirándome todos.

- No te enfades, hombre. Que todos no te estaban mirando. Mira que eres exagerado. Si nadie se ha podido dar cuenta de eso que llevas entre las piernas - le dije mientras le sonreía.

Por suerte para él cuando entramos el aseo de mujeres estaba vacío, entré rápidamente en uno de los reservados mientras yo orinaba, dejé afuera esperando a Enrique.

- ¿Y cómo te va la noche con Aurora, realmente crees que tienes alguna posibilidad con ella? ¿Por qué si yo te he puesto así la polla no quiero ni pensar como te la habrá puesto ella?, jajaja - le dije mientras me subía el vestido y me bajaba el tanga para orinar.

- ¿Y tú no te estás pasando conmigo? – me preguntó sin contestar a mis preguntas.

- ¿Yo? Si no te hecho todavía nada, jajaja. Mira que rencoroso se ha vuelto el señorito. Mira que buena soy que te traigo a un lugar donde estas a salvo de miradas indiscretas a tu “elegante piquetón”, jajaja– le dije riéndome. Ya pensaba que en el cualquier momento no aguantaría más mis burlas y se largaría de allí,

Cuando acabe de orinar, al abrir la puerta del reservado, me lo encontré apoyado junto a uno de los lavabos esperándome, aún con las manos en los bolsillos, me miró y le indiqué con la cabeza que fuera hacia donde me encontraba.

- ¡Pobrecito que mal rato está pasando¡, ven aquí que te van a pillar, que tengo que decirte algo serio sobre Aurora - le dije mientras él se acercaba hacia donde yo estaba. Entró en el reservado, cerré la puerta con el pestillo y me giré hacia él.

- Me ha dicho Aurora que… ¡¡como está el bulto este, que te ha salido por aquí ¡¡ - le dije riéndome mientras le tocaba suavemente el paquete, apegándome más a él. Al tenerme tan cerca, no perdió la oportunidad e intentó besarme, pero aparte mi cara y no le dejé.

- ¡¡ No, no, nada de besitos ¡¡, ¿tú no querías rollo con Aurora esta noche? Pues los besitos para ella. -le dije con voz de niña traviesa.

- ¿Ursu, sabes que cada día eres más mala? – me dijo con una sonrisa contenida.

- ¿Tú crees? Yo pienso que soy una chica buena, y tú te aprovechas de eso. Por cierto, esos besos se los guardas a Aurora y para que veas lo buena que soy, simplemente me apaño con esto que tienes aquí, que tanto rato lleva molestándote – le dije mientras seguía acariciándole por encima de la tela del pantalón y notaba como su polla volvía a ponerse tan dura como estaba antes.

Antes de que pudiera decir una palabra, me arrodillé frente a él, le baje la cremallera y hurgue hasta que saqué su polla. Él me miraba sin decir nada, yo le notaba algo nervioso, seguramente por la excitación.

Una vez fuera me dediqué unos segundos a contemplarla, me encantaba su polla, está bien proporcionada. Rápidamente acerqué mi boca a ella y con mi lengua la empecé a tantear. Sé que a él le encantaba que le empiece recorriendo con la lengua todo su miembro, desde la base hasta la punta, varias veces, creando expectativa, primero por abajo, luego por los lados, otra vez con los labios húmedos, hasta que en una de esas subidas acabo con su capullo dentro de mi boca, me encanta el primer momento, cuando notas las palpitaciones y el sabor.

Enrique dio un suspiro con este cambio de proceder, yo seguía poco a poco subiendo y bajando mi mano por el tronco de su polla, con parte de él dentro de mí, ligeramente su cuerpo reacciono enviando las primeras gotas de liquido seminal que junto a mi saliva fue facilitando mi trabajo, el movimiento de mi cabeza era más rápido y más profundo cada vez.

De repente escuchamos la puerta de los aseos, el sonido del taconeo de los pasos de alguien que había entrado a los aseos. Los pasos se iban acercando hacia donde nos encontrábamos cuando se extinguieron, la manivela del reservado empezó a girar para abrir el reservado. Creo que Enrique se “acojono”, yo ni corta ni perezosa, me saque la polla de la boca.

- Está ocupado – le dije en voz alta mientras con la mano derecha no paraba de pajearlo.

- Ooh, disculpe – me dijo una voz que me era familiar.

Se volvió a escuchar el taconeo y tras ellos como se cerraba la puerta del reservado que estaba al lado de donde nos encontrábamos. Miré a Enrique, gesticulando con la boca le dije que esa persona que estaba tras la pared era la novia de mi padre. Enrique puso los ojos como platos e intentó guardarse la polla para salir apresuradamente de allí, pero como le tenía bien agarrada su polla, no se lo permití. Así que acto seguido y ante su cara de asombro, continué comiéndosela, su polla se había puesto algo flácida, seguramente por el susto que tenía. Pero con los mimos de mi boca, segundos después ya estaba nuevamente en su punto dejando pequeños rastros de saliva mientras entraba y salía de mi boca. No recuerdo el tiempo que estuve chupándosela, succionando cuando llegaba a su capullo, pasando mi lengua por todo su grosor, lo hacía cambiándole el ritmo de velocidad, pajeándole mientras le miraba, desde abajo, su cara de gozo. Con esa mirada le estaba indicando que quería su polla dentro de mí ya, él se dio cuenta y me dijo:

- No tengo condones.

- Joder Enrique, uno tiene que salir siempre precavido de casa. Te animas a salir ahí fuera haber si hay alguna máquina.

- Ursu, que esto no es pub, que aquí no hay máquinas de condones. Además ahora no pienso salir, vaya que me encuentre a la novia de tu padre – me dijo casi en susurros.

- ¡¡ Pues vaya, luego la mala soy yo¡¡, que me vas a dejar cachonda perdida por ser un cagueta. Si ya se ha tenido que ir hace un rato, ¿es que no la has odio? -le dije poniéndole morritos.

Viendo que no se animaba, comencé de nuevo a recorrer toda su polla, la bañé entera con mi saliva, desde la punta a la base y de la base a la punta, me la metí poco a poco casi toda en mi boca, reanude el juego con mi lengua, justo cuando se escuchamos un gran alboroto que venía de la sala donde se servía la cena. 

Parecía que la cuenta atrás para las campanadas estaba comenzando.

- ¡¡Ursu, las campanadas¡¡, tenemos que salir… - me dijo bastante apurado.

- De aquí no te mueves - le dije muy seria al sacarme su polla de la boca con un hilo grueso de saliva que se negaba a dejarla escapar de mi. Absorbí esa saliva y continué dándole ligeros lametones en la base de su glande.

Daban las campanadas y ahí estaba yo comiéndome la sabrosa polla de mi amigo, en vez de estar atragantándome con las uvas de la suerte. Unos minutos después, me susurró que no aguantaba más, que iba a explotar, a mí encanta cuando me dicen esto, le sonreí y decidí terminar lo que había empezado. Me la volví a tragar, con un movimiento rápido y continuado de mi mano le masturbe, el movimiento de mi mano y el roce de mi boca hicieron que su polla se pusieran un poco más gruesa, estaba a punto de correrse, y justo cuando iba a llenarme la boca con su semen, me la saqué de la boca sin parar de masturbarlo, me incorporé poniéndome a su altura cuando sentí el calor de mis fluidos empapando el tanga que llevaba puesto, le di un beso en la mejilla.

- Feliz año nuevo, Enrique. - le dije sonriéndole y sin parar de pajearlo.

Al instante su espeso líquido salió disparado por todas direcciones, ya no controlaba sus jadeos y probablemente se escucharían de maravilla en los aseos. Aún salía pequeños borbotones de su polla cuando ya comenzó a aflojar su erección. Yo sentía la humedad y el calor de su semen entre mis dedos de la mano y los dedos de los pies, su corrida había llegado a caer hasta mis sandalias.

- Venga límpiate y arréglate, que hay que celebrarlo. – le dije mientras quitaba el pestillo y salía de allí.

Esperando a que se recompusiera un poco,  me di cuenta que tenía restos del semen de Enrique en mis sandalias y en los dedos de mi pie derecho tal y como había notado. Además me había manchado el vestido también. ¡¡ Menuda faena ¡¡.

Antes de que pudiera quitarme esas manchas, Enrique salió de allí, porque ya no era capaz de quedarse más tiempo allí. Mientras estaba limpiando el desaguisado, sentía como mi rajita seguía húmeda de verdad, en ese ratito se me paso más de una vez por la mente entrar de nuevo en el reservado, apartarme el tanga y masturbarme allí mismo, porque estaba muy pero que muy excitada. Pero me resistí a la tentación, terminé de limpiarme, me pinté los labios y salí de allí como si nada hubiese ocurrido para felicitar a mi papi.

… Pero la noche no acabó ahí, aún quedaba una travesura más, pero esa os lo cuento la semana que viene ¿ok?
  
 ¡¡ Muuack ¡¡

20 comentarios:

  1. Me excita el morbo que destilan tus palabras...por muchas noches más como esta! :)

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    1. Gracias por tu comentario DoctorLoveBcn, encantada de excitarte con mis experiencias, y si esa noche no estuvo mal, espero vivir unas cuantas más. Besitos.

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  2. Menuda noche para hacer travesuras calenturientas;
    me gustó el relato.

    Besos ;-)

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    1. Sí menuda noche, pero una nunca sabe lo que se le puede presentar. Gracias.
      Besitos ;-)

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  3. Vaya forma de comenzar el año, tambien a mi me pusiste la polla dura con tu historia, me gusta la manera tan detallada con la que relatas. Definitivamente las travesuras inesperadas son muy excitantes, tendre que resistirme la tentacion de ir al baño a masturbarme igual que tu, pues estoy en la oficina un poco ocupado, pero vaya que me ha dejado excitado tu historia.
    Esperare impaciente a leer y a excitarme con la otra travesura que hiciste.
    Besos Ursula

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    1. Una buena forma de comenzar el 2013, por lo menos original creo yo, no pienso que mucha gente haya pasado de año haciendo lo mismo yo, pero quien sabe. Intento dar todos los detalles que recuerdo, aunque no soy escritora intento plasmar al máximo la realidad pero sin cansar, así que me alegra mucho el saber que os gusta lo que leéis y que además os excitáis con ello.

      Por cierto mal sitio para estar excitado, yo más de una vez me he puesto superexcitada en clase, sí sí en clase, la verdad que no me aburro a veces, y me es muy difícil aguantarme en mi asiento.

      Esperaba ponerla hoy, pero contestando a todo lo que tenía pendiente creo que no me va a dar tiempo a ponerla. El viernes lo pondré si no hay contratiempos.

      Besitos

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  4. yo quiero hacer eso cntigo preciosa

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    1. Pues tendrás que esperar unos meses hasta que llegue otra vez 31 de Diciembre. Gracias por disfrutar del blog y escribirme comentarios, se agradece mucho.
      Muack

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  5. Joder, para variar me la pones como una piedra. Esta paja te la dedico Ursu.
    -niki-

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    1. Muchas Gracias por dedicármela, sabes que me encanta saber que mientras disfrutais tocando vuestras duras pollas estéis pensando en mí.
      Muuack niki

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  6. Menuda historia, que bien la cuentas y que morbazo tienes guapa!

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  7. Buenísimo Ursu, que maravilla.
    Estoy loco por saber quien fue el afortunado en disfrutar de la segunda travesura de la noche... si consiguió bajarte ese tanga humedo desde luego se llevó el premio gordo (y humedo) de la noche jejeje.
    Un besazo cielo.
    Ariel-Tarifa.

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    1. Gracias Ariel. ¿Quién piensas tú que fue el afortunado que hizo divertirme?
      Muchos besitos.

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  8. Menuda zorrita eres querida Úrsula!
    La espera ha sido larga pero ha valido la pena.
    Me gusta mucho esa foto en las escaleras, me parece más que sugerente.
    Que envidia me da tu amigo, aunque yo no te dejaría ir sin haber metido mis dedos y mi lengua dentro de ese coñito húmedo y calentito...
    Te imagino de pie, con la cabeza apoyada sobre el lavabo, con la falda de ese precioso vestido sobre tu espalda, con tus piernas bien abiertas, y con mi lengua saboreando desde atrás ese coñito ardiente... Uhhmmm... que rica estás...
    Estoy deseoso de saber como continuó la noche.
    Un besazooo y hasta pronto mi querida zorrita!!!

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    1. ¿Tú crees que soy tan zorrita? La espera ha sido porque no he tenido ninguna experiencia, ves igual no soy tan zorrita ;-)

      Son las escaleras para ir a unos balcones que hay en el restaurante y para ir a los aseos.

      Enrique a veces es un poco pavo la verdad, me hubiera encantado que me hiciera eso que me cuentas pero la vergüenza le pudo. Yo también me imaginaba que me pondría apoyada en la puerta del reservado, con el vestido subido hasta mi espalda, con mis piernas bien abiertas, y apartando mi tanga saborearía mi húmeda rajita para después penetrarme. Pero al final nada de nada, por lo menos saboreé su polla. Y menos mal que al final de esa noche alguien pudo desahogarme.

      Un besazo también para ti.

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  9. Una noche entera para leer todos tus relatos, todos. A parte del morbo, escribes de maravilla y si, despues de toda la noche leyendo me han dolido los huevos y he tenido que salir de clase e ir al baño a relajarne. Todo por tu culpa! :P
    Eres un encanto desde que te conozco.
    Un besote, Ursula ;)

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  10. Uffff que buena paja me di con tu relato, especialmente en la parte cuando iban abrir la puerta del reservado y tu seguiste masturbándolo, y luego cuando sonaban los campanazos y sacaste tu boca del pene para darle un besito en la mejilla deseándole un feliz año nuevo, ufffffffff ahi eyaculé.

    Muy hermoso tu relato, mezclando morbo y ternura, sigue así querida, que somos muchas las personas felices que se nos olvidan nuestros problemas por un ratito masturbándonos contigo :)

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