Repasando un examen termina en Masturbación

Esta mañana en mi habitación recostada en mi cama repasando el examen que tengo dentro de un par de horas, sin saber porque mi mente comenzó a recordar algunos de los emails picantes que he recibido estos días en mi correo electrónico y que estuve leyendo anoche, cuando un gran calor se apodero de mi cuerpo.

En mi cabeza tomaba vida imágenes obscenas mías con algunos de vosotros. En una de ellas ponía a cuatro patas ante mi lector neófito (espero que se dé por aludido), con la cabeza pegada al suelo y el culo en pompa con la espalda arqueada. Vestida con un vestido blanco muy sexy y corto que dejaba al aire la mitad de mi culito y mi rajita, los pechos me colgaban y se intuía a través del escote. Me sentía observada desde atrás expuesta cuando a continuación comenzó a acariciarme el culito y mi entrepierna dejando sus dedos humedecidos, yo disfrutada de sus dedos como una zorrita cada vez que me tocaba.

Intentaba centrarme en lo que tenía aún que repasar pero a la vez mi rajita comenzó a pedirme que fuera penetrada por algo grande y duro, necesitaba imperiosamente el placer de sentir una polla dentro de mí.

Cierro los ojos y comienzo a sentir el calor de mis dedos recorriendo mis pechos bajo la sudadera que uso para dormir, nada más rozar mis pezones los siento duros. Tanto como en el sueño que uno de vosotros me narraba en el correo electrónico de cómo se me ponían a causa de los chupetones y nalgadas que me daba.

Sin perder el tiempo deslicé mis dedos por mi abdomen, rozando el piercing de mi ombligo hasta mi entrepierna donde mi braguita marcaba ya mi humedad, comienzo a sobarme por encima de ella con una mano mientras con la otra sigue entre mis pechos, acariciando mis pezones.

Sigo recordando en lo que decían vuestros emails, en cómo me folláis a cuatro patas mientras agarráis mi pelo y yo jadeo sin control ante cada embestida de vuestras pollas.

No puedo más y tengo que liberarme de mi empapada braguita, para darle placer a mi rajita más comodamente, ya hace más de una semana que no la complazco, y eso es demasiado tiempo para mí, nunca he permanecido tanto tiempo sin sentir la satisfacción del placer.

Tumbada en mi cama totalmente desnuda de cintura hacia abajo con las piernas abiertas, deslizo mi mano sobre mi depilada rajita, está húmeda y calentita, acaricio mis labios vaginales deslizando mis dedos sobre su suave textura, mi clítoris está palpitando deseando que mis dedos comience a frotarse con él, no tardo en hacerlo y…

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- mmmmmm que rico, joder.

Disfrutando de mi masturbación pensando en cada embestida de vuestras anónimas pollas, de cada cachetada en mis nalgas que hacen que mis pezones se endurezcan un poco más ya fuera por lo que vosotros os imagináis o por los pequeños pellizcos que me daba extasiada mientras disfrutaba de los movimientos que estaba dándome en la rajita.

Muevo mis dedos acercándome al orificio de mi coño, donde siento mayor calor y humedad, estoy muy húmeda, no necesito chupar mis dedos para humedecerlos, ya los tengo bastante mojados, y sin pensármelo deslizo uno de ellos al interior de mi coño, no es comparable con una polla, pero el sentir algo en mí mientras no paro de acariciarme el clítoris, hace que sienta al menos un merecido gozo que llevaba días sin probar

Empecé con un dedo pero terminé con dos, mientras mis caderas se movían suavemente. ¡Uff qué gozada!

Mi placer iba subiendo como va subiendo una marea, paulatinamente fui incrementando el ritmo con el que movía los dedos de mis manos, tanto los dos que entraban y salían de mi coño como los que daba intenso placer a mi clítoris. Con los ojos cerrados disfrutaba de mi ansiada masturbación, seguramente algunos gemidos saldrían de mi boca mientras mordía mi labio inferior.

Así hasta que mi cuerpo se llenó de un calor excitante que me hace pedir más, mis movimientos cada vez más rápidos y fuertes, en lo único que pienso es en no correrme aún, disfrutar un poco más de ese placer, cuando de repente una convulsión hace que mi cuerpo se tense con un profundo calor, mis pechos bajo la sudadera se endurezcan completamente, mi mente se llene de lucecitas y estallé en un placentero orgasmo bajo un dulcísimo gemido.